La suma del equipo es más que la suma de las
individualidades.
La niebla y el frío nos acompañaron el pasado domingo en la III carrera de las empresas organizada por ESIC en Zaragoza. Allí nos dirigimos 23 valientes que desafiando a la niebla, a las bajas temperaturas y a las, para algunos, pocas horas de sueño –debido a la cena de empresa del día anterior- nos pusimos de corto –es un decir- para disfrutar del deporte y del compañerismo.
La carrera se disputa sobre un recorrido plano de 8 kilómetros
con salida y llegada en el pabellón Príncipe Felipe. Los equipos están compuestos por tres
personas de la misma organización que tienen que llegar juntos a meta con una
diferencia máxima de diez segundos entre el primero y el último.
Os dejo una charla en TED de Josef Ajram donde cuenta una anécdota en una carrera que ilustra a la perfección lo que es el trabajo en equipo. No dejéis de verla es buenísima.
Esta colaboración, aportando las
fortalezas de cada uno de los miembros del equipo, debe reflejarse en el día a día tanto de una
organización como de una familia o grupo. Aprender trabajando en equipo forma
parte de la mejora continua personal y
permite alcanzar un alto grado de desarrollo y rendimiento que de otra forma no
sería posible. Tanto los logros individuales como los del conjunto se ven
multiplicados trabajando unidos.
Como suele ocurrir en estas
carreras con tanta gente -3.500 personas- y de tan diferentes perfiles, la
aglomeración en la salida no nos permitió correr con soltura durante los primeros kilómetros. Una vez que el pelotón se estiró, comenzamos a mantener un
ritmo constante en el que los tres, Mapi (@mapixula), Pedro y yo íbamos cómodos,
hasta comentando los tiempos de los primeros kilómetros.
En el paso por la avenida
de San José, de nuevo, la estrechez de
la calle nos obligó a pasar gente por el exterior y a tener que esquivar
corredores continuamente. Íbamos muy bien, con ritmo constante y en mi caso
relajado y disfrutando de un domingo de deporte. Además, me levanté con el
estómago revuelto y poco a poco las molestias fueron desapareciendo. El deporte
lo cura todo.
Avituallamiento con agua un poco
desorganizado y a continuar, el paso era constante y fluido. La animación con
orquestas, ‘mamás noel’ en tarimas bailando, la gente animando y la música a lo largo del recorrido dio un
poco más de color a este día de cielo gris.
El ánimo entre los tres era
constante, pasamos por el túnel de Cesáreo Alierta con una pequeña cuesta que
tendríamos que volver a superar a la vuelta como única dificultad y, finalmente encaramos los últimos dos kilómetros del recorrido. Las piernas respondían, iba
muy cómodo y con ganas de más pero el equipo es el equipo. Últimos metros, apretamos un poquito, cruzamos la meta con los brazos arriba y terminamos una bonita carrera con la sensación de que podíamos haber dado algo más.
Rápidamente fuimos a recoger el
isotónico y la fideuá, que calentita entra como si no hubiera comido en tres
días. Comentamos un poco como ha ido con los compañeros, algunos han sufrido
más, otros van sobrados, pero como siempre salir a correr por tu ciudad un
domingo te llena de energía el cuerpo y la mente para poder así, encarar la última semana de trabajo de año
con alegría y ganas.
El trabajo en equipo es:
- Escuchar.
- Aprender.
- Animar.
- Poner en común.
- Disfrutar.
- Divertir.
- Ceder.
- Criticar constructivamente.
- Ayudar.
- Empujar.
- Aconsejar y dejarse aconsejar.
- Triunfar en conjunto.
¿Se puede pedir más?
Carlos,